Vino en Turquía, una interesante sorpresa enológica para tu viaje

La cultura del vino en Turquía es más compleja y tradicional de lo que se podría pensar en un primer momento. Como sabrás, las personas musulmanas tienen prohibido tomar alcohol, pero esta bebida ancestral se ha abierto paso gracias a una cultura superviviente desde hace milenios y a los resquicios que se han podido encontrar a ese veto de carácter religioso. Y el resultado es más que interesante, tanto por el sabor de sus caldos como por la experiencia que se puede vivir para descubrirlos. Aquí te damos más detalles al respecto.

Contexto del vino en Turquía

El vino en Turquía lleva siendo un producto tradicional desde hace milenios: ya desde el Neolítico, los pueblos que habitaron Asia Menor cultivaron la vid para la producción vinícola. Esa actividad quedó aún más asentada cuando este territorio cayó bajo la esfera de dominación griega, y especialmente cuando se integró en el Imperio Romano. Posteriormente, el Imperio Bizantino, heredero del anterior, mantuvo esta importante actividad, tan difundida en el mundo mediterráneo.

Tras la conquista selyúcida y otomana, la producción de vino decayó notablemente, pues el Islam no permite su consumo a los creyentes. Sin embargo, se permitió su producción y consumo a la población no musulmana residente aquí. Eso hizo que la población de origen griego ortodoxo, que siempre fue relativamente numerosa, mantuviera viva la llama de los vinos locales.

Otro momento difícil llegó en los años 20 del pasado siglo, cuando la guerra con Grecia y el consiguiente intercambio de poblaciones provocó la salida masiva de griegos y, con ella, buena parte del know-how en esta actividad: desde entonces, la producción quedó en manos del aparato estatal de la República Turca, limitando enormemente la investigación e innovación, y centrándose en la producción de la uva como fruta y uva pasa. 

Esto último, gracias al auge del turismo, se está revirtiendo: ha vuelto la inversión privada al sector y el interés por los vinos locales por parte de viajeros extranjeros, de modo que los amantes de la enología pueden disfrutar in situ de esta bebida durante unas vacaciones por el país.

Regiones vinícolas de Turquía

La región vinícola por antonomasia en Turquía es la costa del Egeo. No en vano, es la de clima más adecuado para el cultivo de la vid, y también la más cercana a Grecia y sus islas, albergando una numerosa población de esa procedencia hasta la salida masiva de hace un siglo. Uno de los epicentros de esta región mediterránea es el área de Éfeso, y más concretamente Sirince, ubicada en el corazón de valles verdes y aterrazados conquistados por los viñedos. Otras áreas cercanas a la costa, como Bodrum y Datça, también destacan con luz propia, así como áreas cercanas pero tierra adentro, como Denizli.

Por otro lado, la denominada Tracia Oriental, que es la región turca ubicada en suelo europeo, también es propicia para el cultivo de la vid, con diferentes subzonas que llegan hasta la península de Galípoli, y así lo aprovechan innumerables productores. Y tampoco hay que olvidar áreas de clima continental en Anatolia Central, como Capadocia, cuyas oscilaciones térmicas le dan un carácter especial a sus uvas.

Cómo descubrir el vino en Turquía

Si bien el vino se está abriendo paso en la sociedad turca, lo cierto es que para disfrutar de esta bebida en el país conviene viajar a las regiones productoras. Allí es más fácil encontrar enotecas y locales especializados, y lo que es más interesante: disfrutar de experiencias turísticas y gastronómicas, como visitas a viñedos y bodegas, con catas y degustación de productos relacionados. Puedes ponerte en contacto con nosotros para conocer qué excursiones tenemos disponibles en este momento y en qué destinos podemos organizarlas.

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