Los amantes de la historia y la arqueología tienen mucho que ver en Mileto. En este blog ya hemos hablado de otros importantes recintos y yacimientos, algunos de ellos de época grecorromana como Halicarnaso, y otros de periodos anteriores, como Göbekli Tepe. Pero dedicamos el espacio que se merece a Mileto, que no recibe tanto turismo como otros recintos pero que puede ser una interesante sorpresa para quienes deseen comprender la importancia de Anatolia en lo que fue la Antigua Grecia.
Dónde está Mileto
Mileto está en lo que los antiguos griegos llamaban Caria, una región histórica del suroeste de Anatolia que también englobaba Halicarnaso. En la actualidad, este yacimiento se ubica en la provincia de Aydin, cerca de la desembocadura del río Menderes. Se ubica a escasos 75 km al sur de Éfeso y unos 100 km al norte de Bodrum. En sus orígenes era una ciudad costera, pero la deposición de sedimentos hizo que la línea del mar se fuera alejando, y ahora lo está a unos 6,5 km en línea recta.
Qué fue Mileto
Mileto fue una de las ciudades más importantes de la Antigua Grecia. Su primera gran época se dio con la llegada de miles de personas procedentes de Creta, en torno al 1.000 a.C. Otra era dorada tuvo lugar en el siglo VII a.C, cuando se convirtió en cuna de la filosofía gracias a intelectuales que dieron nombre a la Escuela de Mileto: Anaximandro, Anaxímenes y, sobre todo, su maestro, Tales de Mileto.
A nivel económico y geopolítico, su periodo de crecimiento surgió en época helenística, después de que Alejandro Magno asegurara el control de este territorio. Y en tiempos romanos era un puerto de enorme dinamismo, como demuestra el hecho de que San Pablo declara aquí de vuelta a Jerusalén. De esta época datan las principales construcciones supervivientes en la actualidad.
En época bizantina siguió siendo relevante, como demuestra el hecho de que aquí nació el arquitecto Isidoro de Mileto, uno de los artífices de la basílica Santa Sofía en la entonces Constantinopla. Pero el progresivo alejamiento de la línea de costa impactó negativamente en la ciudad, que pasó a ser zona de pastoreo en tiempos selyúcidas y otomanos, provocando una deforestación aún patente hoy día.
Qué ver en Mileto
En el recinto arqueológico de Mileto hay muchas cosas que ver. Quizás un buen punto de partida podría ser el Museo de Mileto, construido para exhibir en un entorno adecuado las principales piezas recuperadas en las excavaciones, así como piezas traídas de otros yacimientos cercanos, como Priene. Esta visita servirá de introducción para interpretar mejor la visita al recinto a cielo abierto, así como admirar estatuas que mantienen su sugestiva belleza, como las de las termas de Faustina.
Ya en el recinto arqueológico, el gran icono es el teatro romano, que llegó a tener capacidad para 15.000 espectadores. Sus ágoras meridional y septentrional son aún reconocibles, aunque sus elementos principales están hoy en el Museo de Pérgamo, en Berlín. Y el estadio y las termas de Faustina nos hablan de la vida cotidiana en aquella ciudad grecorromana.
Por su parte, el castillo en ruinas es la principal aportación de la época bizantina, mientras que la mezquita de Ilyas Bey, perfectamente conservada, es el gran monumento de época otomana.
Cómo viajar y visitar Mileto
Por su cercanía a Kusadasi y Bodrum, y por contar con una limitada infraestructura turística, la opción más adecuada de visitar Mileto es mediante una excursión de media jornada o jornada completa desde cualquiera de las dos ciudades mencionadas. Para ello, es necesario contar con transporte privado y un guía acreditado que explique y optimice los tiempos durante la visita. Si estás interesado en añadir esta visita a tu circuito, sólo tienes que indicárnoslo y nos pondremos a trabajar en ello.


