Castillos de los cruzados en Turquía: vestigios de estos caballeros medievales

Con el término de Cruzadas se conoce a las guerras promovidas por las autoridades cristianas de Europa para tomar Tierra Santa. Fueron diferentes campañas entre finales del siglo XI y finales del XIII, pero con consecuencias incluso muy posteriores. Por su relativa cercanía y lugar de paso hacia Tierra Santa, estas guerras involucraron a algunas regiones de lo que hoy es Turquía. Y el resultado es que todavía hoy se conservan sorprendentes vestigios de los castillos de los cruzados en Turquía, así como el recuerdo de otros hechos protagonizados por ellos. En este artículo hacemos un breve repaso.

Principales castillos cruzados en Turquía

Entre los siglos XI y XIII, el mapa político de la península de Anatolia se hizo muy complejo. Aunque se consolidaron dos grandes potencias (bizantinos y selyúcidas), lo cierto es que fue un periodo de constante incertidumbre, sobre todo por la amenaza y hostilidad de terceros actores. Entre ellos, los cruzados, que llegaron a tomar Jerusalén y fundar diferentes reinos cristianos a su alrededor.

Algunos de esos reinos se ubicaron en territorio de la actual Turquía, principalmente en las costas del mar Mediterráneo, conocidos también con el término de ‘estados cruzados’: Reino Armenio de Cilicia, Condado de Edesa y el Principado de Antioquía. Por ello, muchos de los castillos cruzados de Turquía se ubican precisamente aquí: unos fueron construidos directamente por estas fuerzas cristianas con fines defensivos, mientras que otros ya existían con anterioridad y fueron reutilizados por ellos.

Entre estos castillos cruzados de Turquía se pueden citar el de Anazarba, Amouda, Bagras, Koz, Kızkalesi, Silifke, Tece, Tokmar o Yaka, en las actuales provincias de Adana, Cilicia, Mersin y Osmaniye, entre otras. Por su importancia, también se puede citar el de Antioquía, aunque no se conserva prácticamente nada.

Mención especial merece el de Bodrum, cuya construcción es muy posterior: de 1402, momento en el que la capital de la Orden de San Juan de Jerusalén tenía su sede en la cercana isla de Rodas y, aprovechando un momento de debilidad por la amenaza turcomongol de Tamerlán, estos caballeros recibieron el Ok del sultán Mehmet I para construir dicho castillo, con numerosos sillares del Mausoleo de Halicarnaso. En 1522 fueron expulsados por Solimán el Magnífico, pero su estructura se conserva en muy buen estado.

Además de todo esto en suelo turco, en las cercanas Islas Griegas se conservan otros muchos vestigios de aquel periodo, entre ellos el Palacio del Gran maestre de los caballeros de Rodas, algo que podrás descubrir en primera persona si realizas un crucero por el Egeo.

Constantinopla, también con la ‘huella cruzada’

Al hablar de los cruzados en Turquía, es inevitable mencionar la Cuarta Cruzada que, si bien tenía por objetivo llegar a Egipto, acabó desviándose y centrándose en Constantinopla, pese a que por entonces estaba gobernada por el imperio bizantino, de religión cristiana ortodoxa. 

Debido a enfrentamientos políticos entre la débil y conspirativa dinastía gobernante (Ángelo) y los reinos promotores de la cruzada (Venecia, Francia, Sacro Imperio Romano Germánico), se decidió la invasión de Constantinopla en 1204, que derivó en la instauración del llamado Imperio Latino, vigente hasta 1261. Pero por desgracia, dicha cruzada se hizo célebre por el saqueo de la ciudad que perpetraron los cruzados, arrasando con algunos de los monumentos más simbólicos de la Constantinopla de aquel entonces. Entre ellos, las famosas esculturas de caballos, ubicadas en la puerta de acceso del Hipódromo (hoy plaza Sultanahmet), llevados a la basílica de San Marcos de Venecia.

De hecho, hoy prácticamente no queda nada del Hipódromo, y de ello suelen dar buena cuenta las explicaciones de los guías de la ciudad al detenerse en la mencionada Plaza de Sultanahmet.

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