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Tan cerca de Bodrum… y tan distinta a ella: Marmaris es una ciudad con carácter propio y diferenciador, que gustará a quienes conciben sus vacaciones no como un periodo de relax, sino como una ocasión ideal para divertirse y realizar experiencias únicas. En esta página te brindamos información sobre este animado destino costero del sur del Egeo turco.
Marmaris se encuentra en el sur de la costa del Mar Egeo, casi en el lugar donde éste se encuentra con el Mediterráneo. La ciudad cuenta, oficialmente, con apenas 100.000 habitantes, pero esa población se duplica en temporada alta gracias a los turistas extranjeros que pasan aquí unos días. La región de la que forma parte es Mugla.
Se encuentra en el corazón de una bahía que, como es característico en el sur de la costa del Egeo, está abrazada por suaves colinas verdes que le dan un toque pintoresco al ambiente, incluso a pesar de que el boom del turismo a finales del siglo pasado ha borrado parte de ese color verde en detrimento de construcciones modernas.
Pese a estar encuadrada en la costa del Mar Egeo, Marmaris está muy a mano de los destinos de la Costa Turquesa y de otros puntos del interior de Anatolia, como Pamukkale. Es por ello que esta ciudad sirve a menudo como punto final de los circuitos por Turquía. Aquí puedes consultar las distancias con algunos de los principales destinos turísticos del país:
Por su ubicación meridional, Marmaris goza de un clima cálido durante todo el año, con máximas que alcanzan o superan los 35ºC en los meses de verano. En invierno, en cambio, las temperaturas mínimas que rara vez bajan de los 6ºC y con un ambiente templado por encima de los 10ºC durante el día. No obstante, en comparación con otros destinos costeros de Turquía, Marmaris es algo más húmeda, superando los 1.200 mm de precipitaciones anuales, que se concentran entre los meses de octubre y abril. Sin embargo, este hecho no frena el turismo durante dichos meses invernales, pues las temperaturas agradables son una constante y los días de sol, mayoritarios (dos de cada tres, en temporada invernal).
Por tierra, mar y aire: llegar a Marmaris no será un problema ni una incomodidad, dada la variedad de medios de transporte que te pueden acercar hasta aquí. Los analizamos a continuación.
El aeropuerto más cercano a Marmaris es el de Dalaman, ubicado a unos 95 km por carretera, que se completan en poco más de una hora en coche. Este aeropuerto, con código IATA: DLM, cuenta con vuelos internacionales, que son más numerosos en temporada alta.
Este es un listado de los más habituales, que pueden variar según las operativas de las aerolíneas: Belgrado (Serbia), Berlín, Düsseldorf, Frankfurt, Hamburgo, Hannover, Múnich, Stuttgart (Alemania), Aberdeen, Glasgow, Bristol, Bournemouth, Exeter, Leeds, East Midlands, Doncaster, Londres, Mánchester, Newcastle, Birmingham (Reino Unido), Ercan (Chipre del Norte), Riga (Letonia), Ámsterdam, Eindhoven, Groningen, Rotterdam (Países Bajos), San Petersburgo (Rusia), Billund, Copenhague (Dinamarca), Oslo (Noruega), Estocolmo (Suecia), Kiev (Ucrania). También cuenta con vuelos regulares a las dos principales ciudades del país: Estambul y Ankara.
Además de estos aeropuertos internacionales, se puede volar a Marmaris desde otros destinos turcos. En concreto, desde Ankara y Estambul.
Por Marmaris pasa la autovía D400, que es el principal eje que recorre el sur de la costa del Egeo y la vecina Costa Turquesa. Para llegar desde Bodrum, además, puedes utilizar un ferry que te llevará hasta Datça y, desde ahí, hasta Marmaris a través de esa península.
Si tienes pensado conducir o venir en vehículo privado, estos son los tiempos aproximados desde otros puntos estratégicos:
Marmaris cuenta con una modesta estación de autobuses de largo recorrido (otogar). Las principales rutas que llegan hasta aquí proceden de otros destinos de sol y playa del entorno (Bodrum, Antalya, Fethiye), pero también de otras grandes ciudades, como Estambul y Esmirna, gestionadas por empresas como Kamilkoç y Pamukkale, entre otras.
Desde el puerto de Marmaris sólo zarpan embarcaciones con destino a la cercana isla griega de Rodas. Por tanto, si quieres llegar por este medio de transporte, tendrás que organizar antes un crucero por las Islas Griegas, que suelen tener a Rodas entre sus destinos habituales.
La ciudad no cuenta con estación de tren, pues la línea de ferrocarril no pasa por este sector de la costa del Mar Egeo.
Los orígenes de Marmaris no están claros, aunque se sabe que en el siglo VI a.C ya era conocida como Physkos, bajo dominio del reino de Caria, con capital en Halicarnaso (Bodrum). Y ya entonces dispondría de un castillo o fortaleza, donde se encuentra la actual (de construcción posterior), tomada posteriormente por las tropas de Alejandro Magno. Esta pequeña población, que no superaría el millar de habitantes, quedó posteriormente bajo dominio seléucida, romano y bizantino.
En la Baja Edad Media, Marmaris se integró en el Beylicato de Menteşe, es decir, una entidad política surgida tras la caída del Sultanato selyúcida de Rum. Y fue entonces cuando comenzó a llamarse Marmaris, probablemente en referencia a las canteras de mármol y al comercio de esta roca en la región (en turco, mermer significa mármol). Después, ya bajo dominio otomano, cobró protagonismo militar por su castillo: lo utilizó Solimán el Magnífico en el siglo XVI como base para reconquistar con un enorme ejército la isla de Rodas, en poder de los caballeros de la Orden Hospitalaria.
No obstante, el ritmo de vida aquí pasó a ser más bien apacible, como es de esperar en una pequeña localidad de pescadores con un modesto puerto. Y así prosiguió hasta que Marmaris volvió a desempeñar un papel de base militar con vistas a otra batalla: en este caso, en 1798, cuando el almirante británico Nelson emprendió la batalla del Nilo contra Napoleón, cuyo imperio ambicionaba expandirse por el Mediterráneo. Años después, su castillo volvió a alojar tropas británicas en el contexto de estas guerras napoleónicas.
Para entonces, una parte muy importante de la población era griega, pero ésta prácticamente desapareció debido al intercambio de poblaciones que se acordó en 1922 con el fin de la Guerra greco-turca (llamada también de Guerra de la Independencia Turca). Esto cambió la composición de la población local. Y a mediados de siglo, otro hecho golpeó la fisonomía de la ciudad: un terremoto (1957) que dañó gravemente las principales construcciones, incluido el castillo.
Eso motivó un ambicioso proyecto de reconstrucción, que a partir de los años 80 recibió un impulso mayor por el boom del turismo que empezó a experimentar la ciudad, y que puede apreciarse en nuestros días.
Debido a su pequeño tamaño siglos atrás y al devastador terremoto de 1957, en Marmaris no encontrarás tantos y tan variados monumentos históricos como en otras ciudades del Egeo. Sin embargo, hay algunos lugares de interés que no deberías perderte si vas a pasar aquí uno o varios días.
El principal es, sin duda, el Castillo de Marmaris, motivo de orgullo para sus ciudadanos y razón por la que Marmaris ocupa un lugar en algunos episodios de la historia turca, como hemos visto. Aunque su estructura es fruto de una reconstrucción del siglo XX, resulta interesante visitarlo porque aquí se ha dispuesto el interesante Museo de Marmaris, con piezas recuperadas en excavaciones arqueológicas de la ciudad y sus alrededores: ánforas, estatuas, lápidas funerarias… Recorrer su muralla es también una buena ocasión para deleitarse con las vistas de Marmaris y su bahía.
En torno al castillo, además, se encuentran las callejuelas de mayor encanto del centro histórico, con recovecos y cuestas que nos remontan al pequeño pueblo de pescadores que Marmaris fue en su momento. En algunas de sus tiendas se vende el producto más famoso de la zona: su miel, una rémora de la humilde economía primaria que fue la protagonista aquí hasta hace no mucho.
Muy distinto es el ambiente en torno al puerto deportivo, junto al que se encuentra el Kordon o paseo marítimo: aquí los ‘monumentos’ son los yates amarrados en los muelles, que le dan una estampa característica a la ciudad. En el centro también hay algunas pequeñas playas de guijarros, en los que es posible darse un chapuzón. Las más grandes y amplias están a unos 10 ó 20 km de aquí (Icmeler y Turunç).
El nombre de Marmaris está ligado, sin duda, a las actividades náuticas y acuáticas, y también al ocio nocturno. Así que las principales propuestas para hacer en esta ciudad están relacionadas con ello.
Marmaris es, de hecho, uno de los mejores destinos para practicar submarinismo en Turquía. En realidad, desde aquí zarpan pequeñas embarcaciones gestionadas por empresas especializadas con licencia, que llevan a los participantes a puntos de inmersión cercanos, donde se puede avistar fauna marina local, como pulpos, tortugas marinas y una enorme variedad de peces, como meros.
Quienes prefieran disfrutar del mar pero en superficie, en Marmaris podrá contratar un sinfín de paseos en barco, en algunos casos en yates de lujo, para recorrer la bahía, la península de Datça y, por supuesto, visitar la vecina y espectacular isla de Rodas. No obstante, al tratarse ésta última de una isla griega, deberás consultar cuáles son las formalidades de inmigración necesarias.
Otro modo de disfrutar de la naturaleza local es adentrarse en las cuevas que hay en los alrededores de Marmaris, en algunos casos con espectaculares salas y galerías llenas de estalactitas y estalagmitas y a las que a menudo sólo se puede acceder en una pequeña embarcación. Algunos nombres a tener en cuenta son la Cueva de Nimara (Nimara Magarasi) y Phosphorous Cave.
Como no podía ser de otra manera, en Marmaris hay varios parques acuáticos con enormes toboganes y piscinas tematizadas que harán las delicias de los más pequeños (y los no tan pequeños). Destacan Star Aqua Park y Atlantis Water Park.
Y como colofón final a todo ello, el ocio nocturno de Marmaris, que en nada tiene que envidiar al de los principales destinos de sol y playa de Europa. Quienes vienen a esta ciudad para ello, acuden casi en peregrinación a la Calle de los Bares, cerca del puerto deportivo de Netsel, con locales abiertos hasta altas horas de la madrugada.
Marmaris cuenta con una oficina de turismo, al comienzo del Kordon, cerca del castillo. Se ofrece la clásica información de planos y trípticos, y está atendida por personal que habla varios idiomas.
Como solución de transporte público, el autobús urbano (dolmus) es lo más recomendable, con líneas que recorren el centro y las zonas de hoteles. No obstante, el taxi es la opción más cómoda, que se puede contratar de manera privada para disponer de él durante la jornada. Y para los más independientes y deportistas, existe un sistema de bicicleta pública, útil para recorrer la zona costera. También se pueden alquilar bicicletas, motocicletas y coches. Marmaris no cuenta con tren ni metro.
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