Menú
A pesar de ser su capital, Ankara no siempre aparece entre las prioridades de los viajeros que visitan Turquía. Y esto se debe a la extraordinaria ‘competencia’ que tiene en su propio país, pero no por falta de atractivos. De hecho, para quien se acerca a descubrirla, esta ciudad se convierte en una grata sorpresa, por diferentes razones: su historia antigua, su carácter joven y dinámico e incluso un punto cosmopolita gracias a las numerosas embajadas y a su pujanza en el mundo de los negocios. Por ello, en esta página te contamos a fondo qué ver en Ankara, qué hacer, cómo llegar y otras informaciones de interés de cara a tu viaje.
Ankara es la capital de Turquía y está en su mismo corazón: en Anatolia central, dentro de la provincia de su mismo nombre. Es por ello, y también por su carácter decisivo en tiempos de la incipiente República de Atatürk, que esta ciudad hasta entonces modesta pasó a convertirse en la megalópolis de la actualidad, con una población de cerca de 6 millones de habitantes, lo que la convierte en la segunda más grande de Turquía, tras Estambul.
Ese carácter central dentro de la península de Anatolia hace que sus distancias con los principales lugares del país sean parecidas, lo cual supone un hecho geográfico interesante para cualquier capital. Esta es una lista de distancias con los principales destinos turcos que también pueden formar parte de tu circuito:
Un aspecto fundamental de Ankara es su contexto geográfico: su territorio inmediatamente circundante es una llanura que se encuentra en pleno altiplano de Anatolia central (unos 800 msnm), pero su casco urbano se ubica aún más elevado, sobre una colina escarpada que alcanza los 940 msnm, aproximadamente. Si a ello le unimos la lejanía con respecto al mar, el carácter montañoso del resto de la región y las modestas precipitaciones que recibe (concentradas en invierno y primavera), el resultado es un clima extremo, de veranos muy cálidos (por encima de los 30º) e inviernos muy fríos (con mínimas negativas y nevadas relativamente habituales).
Una de las ventajas de Ankara es que, por ser la capital y la segunda ciudad más poblada del país, goza de unas buenas infraestructuras de transporte y conexiones directas de lo más variado con el resto de ciudades del país. A continuación exponemos las principales opciones para llegar a la ciudad desde otros países y desde otros destinos turcos.
Ankara cuenta con un gran aeropuerto internacional: el de Ankara Esenboğa (Código IATA: ESB). Se encuentra a unos 28 km de la ciudad y suele tener operativas las siguientes rutas aéreas con aeropuertos de otros países:
Por lo que respecta a los vuelos nacionales, por el hecho de ser capital del estado, prácticamente cuenta con rutas directas con todos los aeropuertos turcos, gracias a las aerolíneas locales (Pegasus, AnadoluJet, Turkish Airlines): Adana, Adıyaman, Ağrı, Alanya, Antalya, Balıkesir, Batman, Bodrum, Bursa, Çanakkale, Dalaman, Diyarbakır, Edremit, Elazığ, Erzincan, Erzurum, Gaziantep, Hatay, Estambul-Sabiha Gökcen, Esmirna, Kahramanmaraş, Kars, Malatya, Mardin, Muş,Samsun, Siirt, Şanlıurfa, Tekirdağ, Trebisonda, Van.
La red ferroviaria de alta velocidad está dando sus primeros pasos. Y, por suerte tiene a Ankara como un núcleo fundamental de su (aún) modesta red. La estación de referencia es, en este caso, Ankara Tren Garı, también referenciada como Ankara YHT. Hasta aquí llegan las siguientes líneas:
Además, hay numerosos trenes de larga distancia que, sin ser de alta velocidad, pueden suponer una práctica forma de llegar a la ciudad desde otros puntos como Diyarbakir, Esmirna, Kars o Tatvan, además de las mencionadas Estambul, Konya o Eskisehir, que también disponen de alternativas a la alta velocidad. A pesar de que sus trayectos emplean más tiempo, muchos de ellos son nocturnos, lo que permite aprovechar la noche para descansar mientras se viaja.
En cambio, las líneas internacionales de tren son más escasas en Ankara, por motivos geográficos, y prácticamente el único tren que llega hasta aquí procedente de otros países es el Trans Asya Treni, que trae pasajeros desde Teherán, la capital de la vecina Irán.
El autobús es, sin duda, el medio de transporte colectivo más usado para llegar a Ankara desde otros puntos del país. Su estación, la otogar ASTI, es una enorme infraestructura con numerosas dársenas en las que el trasiego de autobuses y pasajeros es constante. Prácticamente todas las ciudades, incluso las medianas y muchas de tamaño pequeño, cuentan con conexión directa con la capital. Y al igual que ocurre con los trenes, muchos de dichos autobuses son nocturnos.
Sin embargo, estas líneas son nacionales, es decir, no proceden de otros países: dada la lejanía de Ankara con las capitales y grandes ciudades de países vecinos, llegar a Ankara en autobús no es una opción atractiva para los viajeros y, por ello, las compañías del sector apenas las ofertan.
Las buenas conexiones por carretera de que dispone Ankara hacen que sea fácil llegar hasta aquí en coche dentro de un circuito más amplio por el país. Por ejemplo, se encuentra a medio camino entre Estambul y Capadocia (Kayseri). No obstante, los trayectos son relativamente largos con el resto de grandes destinos turcos, por lo que no se puede concebir la visita a Ankara como una excursión desde dichos destinos.
Esta es una lista con las duraciones aproximadas del trayecto en coche desde otras ciudades:
Aunque Ankara, hasta el siglo XX, no ha protagonizado grandes episodios de la Historia Universal, se trata de una ciudad con raíces muy antiguas y conserva algunos vestigios que harán las delicias de los viajeros más interesados en las culturas pasadas.
Lo que hoy es Ankara estuvo bajo dominio de los hititas, el primer gran imperio de Anatolia (con capital en Hattusa, a unos 200 km al este), durante la Edad del Bronce. Hay evidencias de que así fue ya en el año 1200 a.C, cuando aquella civilización llamó a la ciudad Ankuwash.
Sin embargo, fue con los frigios cuando este asentamiento realmente prosperó a partir del siglo X a.C y, de hecho, se atribuye al rey Midas la fundación mítica de la ciudad, con el nombre de Ancyra. Su principal interés radicaba en su estratégica posición en las rutas comerciales terrestres entre Europa y Asia.
En las centurias siguientes fue objeto de diferentes conquistas y control a cargo de lidios, persas e incluso macedonios, con Alejandro Magno al frente de sus tropas. De hecho, en Gordio o Gordión (capital de la antigua Frigia, a unos 100 km al sur de aquí) es donde el famoso emperador macedonio rompió el mítico nudo gordiano. Sus sucesores, los seléucidas, mantuvieron el dominio de la ciudad, que después pasó a manos de los gálatas (siglo III a.C), pueblo celta establecido en Anatolia.
Pero la potencia que más peso acabó teniendo en Ankara fue la de Roma, siendo conquistada nada más y nada menos que por César Augusto en el año 25 a.C. Su nombre, para entonces, pasó a ser Ankyra, siendo objeto de diferentes proyectos constructivos, tanto religiosos como civiles.
Sus sucesores bizantinos mantuvieron su dominio sobre la ciudad, no sin dificultades en determinados momentos, especialmente para defenderse de los ataques persas y árabes, que no fructificaron. Sí tuvieron éxito en la conquista los selyúcidas, primer imperio túrquico que también tuvo que defenderse con uñas y dientes de sus enemigos. Lo mismo ocurrió con la potencia sucesora, el imperio otomano, que en su primer siglo de existencia sufrió el hostigamiento de los turcomongoles, en especial del conquistador Tamerlán: este derrotó al sultán otomano Bayezid I en la batalla de Angora (nombre de la ciudad en aquel periodo) de 1402, tomándolo como prisionero aquí.
Sin embargo, la ciudad volvió a manos otomanas poco después y desde entonces nunca llegó a ocupar un lugar preeminente dentro del imperio otomano. Lejos de los grandes puertos y de recursos naturales estratégicos, pasó a ser una ciudad volcada con la ganadería, especialmente de cabras.
Y así, sin grandes sobresaltos ni hechos destacables, Ankara entró en el siglo XX con una población de apenas 20.000 habitantes, según algunas fuentes. Pero todo cambió de la mano de Mustafa Kemala, más conocido como Atatürk, ‘padre de los turcos’: aquí estableció su cuartel general durante la Guerra de Independencia contra Grecia y sus aliados, que dominaban el este del país tras la I Guerra Mundial y el Tratado de Sevres.
Y tras la victoria en dicha contienda, Atatürk decidió que sería la capital de la nueva república nacionalista, lo que propició un enorme desarrollo y crecimiento en las décadas posteriores gracias al establecimiento aquí de los principales poderes políticos y económicos, en detrimento de Estambul. Y es por ello que aquí se encuentra el Anit Kabir, mausoleo de Atatürk, que no solo es el padre de la patria turca, sino también el gran artífice de la moderna Ankara.
Los principales lugares de interés de Ankara están relacionados con su historia, tanto la más antigua como la más reciente, así como edificios que miran al futuro abrazando la arquitectura vanguardista de aluminio, cristal y otros materiales contemporáneos.
Si hubiera que elegir un monumento y lugar icónico para Ankara, ese es el Anit Kabir: se trata del monumental mausoleo levantado para gloria de Mustafa Kemal Atatürk, fallecido en 1938. Su arquitectura es una mole de mármol donde prima la sobriedad y la simetría, en una clara vuelta de tuerca a los templos clásicos que se reparten por otros puntos del país. Y todo ello queda resaltado por el simbólico lugar elegido para su construcción: lo alto de una de las colinas más prominentes de la ciudad.
El Anit Kabir alberga museos, espacios culturales como biblioteca, un imponente patio de los Leones como guiño al poder del antiguo imperio hitita y, por supuesto, la tumba de Atatürk, cuya riqueza en nada tiene que envidiar a los mausoleos de los sultanes otomanos. El mencionado museo del Anit Kabir es un espacio biográfico sobre la vida y obra de Atatürk, interesante para conocer más sobre la figura del ‘fundador’ de la Turquía moderna.
Pero si hablamos de museos, hay otros en la ciudad que tienen un mayor interés si cabe, por el valor de las colecciones que atesoran y exponen. El más importante es quizás el Museo de las Civilizaciones Anatolias. Se trata de un espacio de visita imprescindible para descubrir la riqueza y complejidad del pasado turco, especialmente en la península de Anatolia, una auténtico crisol de culturas que se sucedieron siglos atrás y que lograron contribuciones decisivas para el progreso de la civilización.
Por ejemplo, es el museo de referencia para saber más sobre Çatalhöyük, considerada por algunos autores como la primera ciudad del mundo. Cómo no, un espacio fundamental es el protagonizado por los hititas, gran imperio anatolio que rivalizó con el Antiguo Egipto, con tablillas cuneiformes de gran valor. Y no faltan salas y piezas de otros periodos, desde el Neolítico hasta la dominación romana, con mención especial a asirios, frigios y urarteos, entre otros.
Otro museo arqueológico de interés es el Erimtan, de iniciativa privada: el empresario y filántropo Yuksel Erimtan, que reunió la colección que aquí se expone, con objetos romanos, hititas, bizantinos, de la Edad del Bronce… y mucho más, con recursos interactivos para su adecuada interpretación.
Completan el panorama museístico el Museo de Pintura y Escultura, con artistas turcos del siglo XX y unas obras que combinan lo figurativo y lo abstracto, el Museo Etnográfico con obras en madera, cerámica y joyería, y también el Vakif Eserleri Muzesi, imprescindible para los interesados en telas y alfombras turcas.
Por lo que respecta a las construcciones históricas, destaca la Ciudadela o castillo, situada en un promontorio desde el que se domina toda la ciudad. Fue erigida por el emperador bizantino Manuel II en el siglo IX, sobre otra fortificación anterior. En los últimos años, tanto sus muros como su entorno han experimentado un proceso de rehabilitación que le ha devuelto cierto esplendor.
En lo que respecta a los templos religiosos, la mezquita Arslanhane Cami es probablemente la más icónica, por su historia y belleza. Está datada en el periodo selyúcida (siglo XIII) y quizás por eso carece de los famosos minaretes otomanos, omnipresentes en el país. En este caso, cuenta con uno solo y una fábrica de ladrillo y sillares de lo más añejo. Su interior, con techumbre de madera, es una de las obras maestras de aquel periodo. Muy distinta (y muy venerada) es la Haci Bayram Cami, del siglo XV con minarete otomano y decoración de azulejos del siglo XVII.
Este listado de lugares de interés histórico-artístico quedaría incompleto si no mencionáramos los vestigios romanos que, aunque escasos, aún se conservan en la ciudad. Destacan en este sentido el templo de Augusto y Roma, los baños romanos, la Columna de Juliano o incluso un maltrecho teatro romano.
Y para quienes desean pasear por el centro para impregnarse del ambiente y el carácter más genuino de la ciudad, pueden acudir a la plaza Kizilay, considerado por muchos el centro neurálgico de la ciudad. El Atatürk Boulevard (o Bulvari), también llamado paseo protocolario por ser el lugar de las grandes celebraciones del estado, es otra arteria de gran simbolismo y monumentalidad, con edificios racionalistas y modernos que ejemplifican el desarrollo de la ciudad en el siglo XX.
Si quieres ampliar información sobre Ankara por tu cuenta, puedes acudir a la oficina turística ubicada en la Ciudadela, donde se ofrecen trípticos, mapas y otros materiales para descubrir la ciudad. En otros puntos de la ciudad, como sus estaciones de autobús, hay puestos informativos aunque no suelen estar atendidos por personal.
Ankara cuenta con distintos medios de transporte para moverse por la ciudad. Cuenta con uno de los pocos sistemas de Metro del país y, aunque apenas cuenta con tres líneas, puede resultar útil para desplazarse a la estación central de autobuses y a otros puntos del centro. La estación principal, que ejerce de epicentro de la red, es Kizilay, en el barrio del mismo nombre.
La red de autobuses urbanos (dolmus) es mucho más amplia, con una ramificación que alcanza prácticamente toda la ciudad: tanto las estaciones de tren y autobús de largo recorrido como grandes arterias de la ciudad, entre ellas Atatürk Bulvari.
Por último, los traslados hacia y desde el aeropuerto se pueden realizar en autobús (Belko Air), que conecta esta infraestructura con las principales estaciones de tren y de autobús, así como con la plaza Kizilay. Las frecuencias de salida oscilan entre 30 minutos y una hora, dependiendo del día de la semana y la hora del día.
Rellena el siguiente formulario para recibir un presupuesto gratis sin compromiso hecho a medida por una agencia especializada en Turquía.
