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Medio ambiente y clima de Turquía

Sabedoras de la increíble riqueza natural del país, las autoridades turcas han fomentado con decisión el turismo ecológico. Pero incluso si el motor de tu viaje es otro distinto a la naturaleza, te vendrá bien conocer cómo es el medio ambiente y el clima de Turquía, para entender cómo afectan ambos factores sobre los paisajes del país y también para saber qué echar a tu maleta de cara a tu estancia aquí.

Tabla de contenidos

Clima de Turquía: enormes variaciones regionales

El clima de Turquía es, en sus principales destinos turísticos, de carácter templado durante la mayor parte del año, con veranos cálidos y agradables. Sin embargo, esto es sólo un apunte muy genérico, puesto que en realidad hay grandes variaciones regionales y estacionales. Por tanto, antes de iniciar tu viaje deberás informarte bien y consultar las previsiones, puesto que cada región tiene sus propias características climáticas, en algunos casos extremas.

La Turquía de clima mediterráneo templado

Se puede hablar de una Turquía de clima mediterráneo templado, principalmente en las costas del Egeo y del Mediterráneo, así como en Estambul y la Tracia oriental. Es decir, veranos calurosos y secos, con el mar aportando ese toque de humedad que potencia la sensación de calor, pero que a cambio templa y estabiliza las temperaturas durante el invierno, que suele ser frío pero no en exceso. Las temperaturas máximas veraniegas suelen rondar y superar los 30º, mientras que las mínimas invernales rara vez alcanzan grados negativos. Su precipitación anual se concentra en invierno y primavera, y en muchas ocasiones no llega a los 1300 mm de volumen total.

La Turquía de clima oceánico templado

En esta clasificación climática se encuadra la costa norte de Anatolia, es decir, el litoral del Mar Negro. Si bien sus inviernos no son rigurosos, con temperaturas que tampoco suelen bajar de 0º, lo más destacado de esta región son sus veranos más frescos, con temperaturas que no suelen superar los 30º de media. Además, se trata de una región más húmeda en todas las épocas del año y, precisamente por ello, las precipitaciones anuales pueden llegar o superar los 2500 mm.

Medio ambiente Turquia

La Turquía árida de la meseta de Anatolia

Tierra adentro, tras abandonar el litoral y ascender hasta la meseta que conforma la mayor parte de la península de Anatolia, el clima se vuelve más riguroso. Por un lado, en lo que a temperaturas se refiere: el clima se hace más continental, con valores que escalan en los días más cálidos del verano (por encima de los 30º) pero caen bruscamente en invierno (con mínimas bajo cero, incluso durante el día). Otro factor clave es la escasez de precipitaciones, lo que propicia una aridez palpable en el entorno: en la capital del país, Ankara, apenas se alcanzan los 400 mm anuales, y lo mismo ocurre con otras ciudades de la región, como Kayseri. Además, es frecuente que dichas precipitaciones sean en forma de nieve.

La Turquía extrema en las regiones montañosas

El clima se vuelve aún más riguroso y extremo en la Anatolia oriental: a la lejanía del mar se une la elevación del terreno y la presencia de altas montañas, dando como resultado inviernos realmente gélidos, con mínimas por debajo de -10º en muchas ocasiones. Sus precipitaciones, que si bien no son copiosas ni constantes (unos 90 días al año), suelen ser en forma de nieve, permaneciendo en el paisaje de manera permanente en la época de frío. 

En cambio, los veranos se caracterizan por días de gran calor y fuerte insolación, debido a la altitud de sus ciudades, como ocurre por ejemplo con Van, a unos 1.700 msnm.

Medio ambiente en Turquía: principales atractivos

Si tu viaje a Turquía es un circuito que te lleva a visitar distintas regiones, descubrirás que la variedad de paisajes es espectacular. Una variedad y riqueza que no sólo es perceptible a simple vista, sino que multiplica sus sorpresas al profundizar sobre el tema. En este sentido, organizaciones como WWF hablan de más de una docena de ecorregiones, determinadas por su clima, su relieve y otros condicionantes naturales.

De esas ecorregiones se pueden destacar:

  • Bosques templados de frondosas: son bosques mixtos o con árboles de hoja caduca que se extienden por zonas muy variadas del país, como la costa del mar Negro, la región europea del país o amplios sectores de Anatolia central. Algunos de los árboles más significativos en estos bosques de frondosas son las hayas orientales, abedules, robles o carpes
  • Bosques templados de coníferas: se extienden por zonas de montaña, con predominio de pinos y abetos
  • Bosques mediterráneos, que en muchos casos también son mixtos pero con numerosas especies perennes, como pinos de Chipre, pinos carrascos y cedros del Líbano
  • Áreas de pradera, con diferentes tipos de estepas y fauna autóctona asociada a ellos, especialmente aves y pequeños mamíferos 

Flora de Turquía

Como hemos anticipado en el anterior apartado, Turquía se caracteriza por una gran variedad de ecorregiones, con flora y fauna autóctona asociada a ellos. Un paseo por espacios naturales protegidos sirve para descubrir en primera persona algunas de las plantas y animales más significativos del país.

Por lo que respecta a la flora, se calcula que las especies aquí presentes rondan las 9.000. Estas son algunas de las que te gustará conocer durante tu viaje, si en tu lugar de origen no están representadas:

  • Pino de Chipre (Pinus brutia): a pesar de su nombre, es numeroso en toda la franja costera del Egeo y del Mediterráneo, donde puede crecer en terrenos con una altitud de hasta 600 msnm. De hecho, este árbol también es conocido a menudo como pino turco
  • Robles: los árboles de la familia Quercus son muy variados, y algunas de estas variedades son numerosas en Turquía. Por ejemplo, el roble común (Quercus robur), que es abundante en la Tracia Oriental y en el entorno de la costa occidental del Mar Negro (noroeste de la península de Anatolia)
  • Cedro del Líbano (Cedrus libani): es un árbol nativo de las montañas del Mediterráneo oriental, así que es abundante en las laderas de los Montes Tauro (entre los 1300 y los 3000 metros de altitud)
  • Ciprés (Cupressus semprevirens): otro de los árboles que se extienden ampliamente por los países mediterráneos, y en este caso es posible encontrarlo en áreas de costa, tanto de la Tracia oriental como de la península de Anatolia, incluida la franja litoral del Mar Negro turco. En cambio, apenas está presente en la meseta de Anatolia
  • Haya oriental (Fagus orientalis): árbol muy presente en el Cáucaso, y por extensión en amplias zonas de los Montes Pónticos y toda la franja costera del Mar Negro turco
  • Matorral mediterráneo: en las áreas naturales de Turquía es posible encontrar una gran variedad de arbustos y matorral, con presencia de las especies típicas mediterráneas en sus zonas de costa. Algunas de las que se pueden citar son el mirto, el romero, el tomillo o la lavanda. 
  • Buganvilla púrpura: en el plano de plantas con flor, se puede citar esta especie que llena de colores intensos tanto áreas urbanas como naturales, con su explosión púrpura especialmente en primavera

Fauna de Turquía

En el medio ambiente de Turquía, los animales juegan un papel fundamental, con una importante vida salvaje que sigue adelante en equilibrio (no siempre fácil) con el desarrollo del país. Desde grandes mamíferos a pequeños arácnidos, pasando por numerosos reptiles, insectos e incluso moluscos y peces frente a sus costas.

Mención especial merecen las aves, con entre 400 y 500 especies presentes en el país, 250 de las cuales lo atraviesan en sus rutas migratorias entre Europa y África.  Entre las familias con mayor variedad de especies están los patos y aves acuáticas, los faisanes y urogallos, las palomas y tórtolas, las gallinetas y fochas, los chorlitos y avefrías, los pájaros playeros, las gaviotas, las rapaces (águilas, halcones y milanos) y los búhos… por citar sólo algunos.

Entre las especies más características del país están las currucas de Rüppell (Sylvia ruppeli), los alcaudones núbicos (Lanius nubicus) o los agateadores (Certhia brachydactyla). Y muy especialmente, los ibis eremitas (Geronticus eremita), que estaban en grave peligro de extinción y han ‘remontado el vuelo’, por lo que se han liberado varios centenares de ejemplares a la naturaleza.

Otros animales muy relacionados con el país y que por desgracia siguen en peligro de extinción son los leopardos. En el pasado, estos grandes felinos estaban presentes en Asia Menor pero en la actualidad se desconoce si lo siguen estando. En particular, los leopardos de Anatolia (Panthera pardus tulliana) y el leopardo del Cáucaso (Panthera pardus ciscaucasica).  

Según algunas fuentes, el carnero de Anatolia es otro de los animales en peligro de extinción, aunque siguen organizándose cacerías para su captura, al igual que ocurre con gacelas, rebecos, corzos y jabalíes, entre otras especies. 

De Anatolia suroriental es muy característica la hiena rayada (Hyaena hyaena), que en este territorio no está considerada como amenazada. En cambio, sí hay mayor preocupación por las tortugas bobas (Caretta caretta), que acostumbran a desovar en algunas playas del Mediterráneo (Anamur).

Parque natural

Parques nacionales y otros espacios protegidos

No se puede decir que Turquía haya sido tradicionalmente líder en la conservación del medio ambiente. Sin embargo, en los últimos años ha experimentado un gran impulso en este aspecto, en buena medida a raíz de sus pretensiones de formar parte de la Unión Europea, donde este compromiso es una condición fundamental para ello.

En la actualidad, se pueden contabilizar cerca de 300 espacios protegidos, sumando los parques nacionales, los parques naturales y otras áreas. Estos son los más grandes:

  • Parque Nacional del Monte Ararat: con más de 88.000 hectáreas, es un enorme espacio protegido en torno a esta montaña volcánica, tan bella como mítica por su mención en la Biblia. Sus nieves son perpetuas. En el extremo oriental del país, dominando la frontera con Irán y Armenia
  • Parque Nacional del Lago Beyşehir: más de 86.000 hectáreas, en torno a este lago elevado (1100 metros de altitud), en los Montes Tauro (sur de Anatolia)
  • Parque Nacional Kızıldağ: muy cerca del anterior, cubre más de 55.000 hectáreas y fue uno de los primeros del país (1969)
  • Parque Nacional del Antitauro: también con un tamaño de unos 55.000 hectáreas, destaca por su entorno de altas montañas, las más altas del país (exceptuando el Monte Ararat), superando en muchos casos los 3.000 metros de altitud

 

Mención especial merecen dos parques nacionales que, además de estar protegidos por esta figura estatal, están también reconocidos como Patrimonio Mundial por la Unesco, lo que da cuenta no sólo de su valor natural sino también cultural: el Parque Nacional del Monte Nemrut y el Parque Nacional de la Antigua Troya.

Otro campo en el que el país ha dado grandes pasos es en la protección de la avifauna. El clima de Turquía, templado en muchas áreas, y la presencia de grandes humedales, ayudan a que muchas especies pasen aquí parte del año. De hecho, cuenta con más de una docena de Sitios Ramsar, que son humedales de especial importancia para la nidificación, cría o migración de las aves.

Y más pequeño aún pero no por ello menos interesantes son los monumentos naturales que, en muchos casos, son árboles protegidos por su longevidad, belleza o singularidad. Se pueden citar cedros de unos 2.000 años en Finike (a unos 100 km de Antalya), un plátano también milenario en Estambul o enebros y tejos con centenares de años de vida.

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