Turquía es, sin duda, uno de los países que más atractivos turísticos ofrece en todo el mundo. Lo tiene todo, y siempre de gran calidad: monumentos, gastronomía, parques naturales, playas paradisíacas… Pero no es el único país fascinante en su entorno geográfico, ni mucho menos. Y el tiempo del que dispone cada viajero, tampoco es infinito. Por ello, la solución de los circuitos combinados por Turquía y otro país resulta de lo más interesante para personas de diferente perfil. Aquí te mostramos cuáles son esos países que puedes añadir a tu viaje de la mano de Mandala Tours.
Son muchos los países que se pueden añadir a un circuito combinado por Turquía. La razón: las múltiples conexiones de transporte con su entorno, especialmente en avión y barco, que facilitan la configuración de programas de viaje con diferentes fórmulas. Pero sin duda, hay algunos países que, por cercanía, se integran muy bien en este paquete de viaje premium.
Es el eterno vecino de Turquía, con el que siempre ha mantenido una relación especial en el pasado, no siempre amistosa. De hecho, lo que hoy es Turquía formó parte de la Antigua Grecia, y lo que hoy es Grecia formó parte del imperio otomano en la Edad Moderna. Pero en el presente, ambos países van de la mano en materia turística, sabedores de que un circuito combinado por Turquía y Grecia es sencillamente imbatible: ya sea mediante cruceros por la costa turca del Egeo y las Islas Griegas o bien con vuelos internacionales hacia/desde Atenas, la hoja de ruta es de lo más rica, donde el helenismo y las playas de aguas cristalinas tienen mucho protagonismo.
El imperio otomano también fue decisivo en la historia reciente de Egipto, bajo cuyo dominio se crearon grandes infraestructuras como el Canal de Suez. Y su impronta artística puede apreciarse en elementos tan icónicos como los minaretes de las mezquitas del Cairo. Pero si nos vamos varios milenios más atrás en el tiempo, el viajero quedará boquiabierto con las joyas del Antiguo Egipto, que suponen el gran reclamo para un circuito combinado por ambos países. Las Pirámides de Giza, el Valle de los Reyes de Luxor, los templos de Abu Simbel… y un largo etcétera de monumentos que mantienen intacto todo su magnetismo. Y si a ello le sumamos otras experiencias como bucear en el Mar Rojo o navegar por el Nilo, el resultado será un viaje de ensueño.
Aquí, el recuerdo del imperio otomano no es tan dulce, pero la liberación de su dominio supuso el punto de inflexión para el sentimiento nacional: la Revolución Árabe, en la que participó Lawrence de Arabia, episodio muy presente en destinos emblemáticos del país como Aqaba. Pero en Jordania descubrirás otros muchos atractivos que nada tienen que ver con Turquía y sí con nabateos (Petra), romanos (Jerash), beduinos (Wadi Rum) y bizantinos (Madaba), civilizaciones que han contribuido a forjar el carácter único del pueblo jordano. Y la magia del Mar Muerto remite a tiempos bíblicos y a la fuerza ingobernable de la geología de la Tierra. Por todo ello, añadir Jordania a un circuito combinado con Turquía será siempre una decisión acertada.
En Marruecos, en cambio, no encontrarás referencias a los otomanos. De hecho, este país recuerda con orgullo la resistencia ejercida contra dicho imperio, que se quedó a las puertas del Magreb. En cambio, este país ha forjado su carácter y su belleza con las aportaciones de bereberes y árabes, principalmente, pero también de los romanos en época antigua, de los portugueses y sefardíes en época moderna e incluso de los franceses y españoles en tiempos recientes. Los monumentos presentes en sus medinas y ville nouveaux (ensanches) tienen un poco de todo ello. Su famosa artesanía, presente en los zocos, y sus vírgenes paisajes naturales en el Atlas y en el desierto completarán un inolvidable circuito combinado con Turquía.
Dubai y Abu Dhabi son las ciudades más famosas de Emiratos Árabes Unidos. Y, al mismo tiempo, son el mejor exponente de la pujanza del mundo árabe en la actualidad. Sin dejar en el olvido sus pequeños centros históricos donde se conservan edificios antiguos y siguen vivas las tradiciones ancestrales, los nuevos desarrollos arquitectónicos son punta de lanza en arquitectura, eficiencia energética y sostenibilidad. Gracias a las conexiones entre Estambul y sus aeropuertos, podemos organizar circuitos combinados con Turquía. El resultado, un viaje al mundo musulmán que mejor se funde con Occidente, con paisajes que ofrecen el contraste entre la fertilidad del Mediterráneo, los ambientes lunares del interior de Anatolia y la aridez del desierto arábigo.
Enclavado en el corazón de Tierra Santa, organizar un circuito combinado por Turquía e Israel será de gran interés para los turistas interesados en la religión, especialmente cristianos y judíos. Así podrás disfrutar, en un mismo viaje, de lugares tan sagrados como la basílica del Santo Sepulcro, el Huerto de Getsemaní o la Vía Dolorosa (Jerusalén) y la Casa de la Vírgen María (Éfeso), pero también del Muro de las Lamentaciones y las sinagogas sefardíes de Esmirna y Estambul. Y todo ello, sin perder la oportunidad de adentrarse en la cosmopolita Tel Aviv o bañarse en la orilla occidental del mítico Mar Muerto, donde los bañistas flotan sin esfuerzo gracias a la alta concentración de sal.
Omán es, para muchos, uno de los países más sorprendentes del mundo árabe. La conexión directa entre Estambul y Mascate, capital de este país, suponen una oportunidad inmejorable para configurar un circuito combinado con Turquía y Omán, y así descubrir este territorio del extremo suroriental de la Península Arábiga, en equilibrio entre lo tradicional y lo moderno, entre lo natural y lo urbano. En las jornadas omaníes de la hoja de ruta, se pueden añadir atractivos naturales como las montañas de Jebel Akhdar, las tortugas verdes de Ras al Jinz o la pureza del desierto de Wahiba Sands, pero también ciudades tan hermosas como Nizwa o la propia Mascate, con opulentos palacios y populares bazares.
La opción de añadir España a un circuito combinado con Turquía resulta interesante, sobre todo, para quienes viajan desde América Latina, puesto que este país es una escala natural de camino al Mediterráneo oriental. Y esta escala podrá servirte para descubrir la Andalucía más andalusí, puesto que la dominación musulmana en el sur de la Península Ibérica se prolongó, en algunos territorios, durante casi ocho siglos. Por ello, aquí descubrirás monumentos de tradición hispanomusulmana como la Alhambra de Granada o la mezquita-catedral de Córdoba. Y también en la mitad sur del país hallarás lugares de gran significación para el pueblo judío, con juderías como la de Toledo o Sevilla que, pese a su desaparición tras la expulsión de los sefardíes en 1492, mantienen vivo su recuerdo en forma de sinagogas y mikvés.
Añadir un segundo país a tu viaje a Turquía no es una elección al azar, sino que responde a cuestiones prácticas y culturales. La primera y más importante es la existencia de conexiones directas de transporte entre ambos países. Y esto es algo relativamente sencillo porque los principales aeropuertos de Turquía cuentan con innumerables vuelos directos desde otros países. Especialmente el de Estambul, pero también el de Sabiha-Gokçen y los de las costas del Mediterráneo y del Egeo.
En muchos casos, estos circuitos combinados son también una forma inteligente de hacer menos pesado un viaje largo, o quizás para conseguir billetes de avión más económicos, según las fechas seleccionadas. Esto puede ser útil, por ejemplo, para los viajeros americanos que aprovechan su escala en un país europeo o norteafricano para visitarlo. Y si el destino final en cuestión es un país de Oriente Próximo, Turquía puede convertirse en esa ‘parada técnica’ intermedia desde la que reanudar el viaje días después.
Por otro lado, las autoridades turcas son conocedoras del potencial que tienen estos circuitos combinados con Turquía y otro país, pues una de las modalidades de visado que tramitan son los de ‘entradas múltiples’, que prevén el ingreso y la salida de Turquía en varias ocasiones, permitiendo así la visita de terceros países durante el viaje. En cualquier caso, los ciudadanos que no necesiten visa, que son la mayoría, podrán moverse sin preocuparse de este trámite.
Un circuito combinado por Turquía y otro país es también una experiencia cultural y enriquecedora. Con ello, el viajero puede descubrir las inesperadas semejanzas entre ambos países, pero también podrá comprender las diferencias entre una sociedad y otra. Semejanzas y diferencias que abarcan aspectos tan variados como la gastronomía, la arquitectura o la religión.
Y por último, pero no menos importante, es la experiencia que tienen las agencias del grupo Mandala Tours en este tipo de viajes: los circuitos combinados son una de nuestras especialidades y podemos organizarlos con total éxito gracias a la comunicación constante entre nuestras diferentes oficinas, presentes en El Cairo, Estambul, Marrakech o Granada, entre otras. Así, la coordinación para reservar servicios y resolver dudas es mucho más ágil y efectiva.
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