En lo que hoy es Turquía se han dado cita importantísimas culturas y civilizaciones. Pero hay una que quizás no reciba tanta atención como otras, pese a que lo merece por el papel hegemónico que tuvo en su tiempo. Hablamos de la civilización de los hititas en Turquía, de la que aún quedan vestigios visitables. Aquí contamos más al respecto, de interés para los amantes de la arqueología y el mundo antiguo. Y para ellos podemos organizar excursiones centradas en esta interesante civilización.
Quienes fueron los hititas
Los hititas fueron un pueblo que habitó durante cerca de cinco siglos en el corazón de Anatolia, durante el II milenio a.C. Procedentes probablemente del otro lado del Mar Negro, se establecieron a unos 200 km de la actual Ankara en el siglo XVII a.C. Con el paso del tiempo, fueron aumentando su poder hasta convertirse en una potencia hegemónica que rivalizó con el Egipto de los faraones y con el Imperio Asirio Medio.
Tuvieron su capital en Hattusa, aunque en su época de mayor expansión (en el siglo XIV a.C, con el rey Suppiluliuma I) se extendía hasta el Bósforo por el oeste y hasta la frontera con la actual Siria por el sureste. Contaban con una lengua propia, la hitita, que se considera la más indoeuropea más antigua conocida, con sistema de escritura cuneiforme.
Para muchos, el imperio hitita es conocido por su enfrentamiento con el Egipto de Ramsés II en la famosa batalla de Qadesh, cuando al mando de los hititas estaba Muwatalli II (hijo de Suppiluliuma I). Corría el año 1274 a.C y se considera que acabó en tablas, aunque Ramsés II lo vendió internamente como una victoria, construyendo después los templos de Abu Simbel. Además, el tratado de paz firmado se considera el primero de la historia, todo un honor para esta civilización de la que aún queda mucho por descubrir. Un tratado que, por cierto, se conserva en el Museo de Arqueología de Estambul, muy cerca de Santa Sofía.
Dónde conocer más sobre los hititas
Aunque queda mucho por descubrir de los hititas, la buena noticia es que también se conservan muchos vestigios de aquella civilización en la actualidad. Y nada mejor que viajar hasta esos lugares para sumergirse en aquella época. Una visita obligada es a la capital, Hattusa, algo factible en una excursión de una jornada desde Ankara. En Hattusa quedan en pie restos de aquella ciudad, con arquitectura ciclópea por el gran tamaño de los sillares empleados en sus muros. Su punto más emblemático es la Puerta de los Leones, que dejan entrever la influencia asiria en su arte.
Hattusa está declarada Patrimonio Mundial por la Unesco, al igual que un lugar cercano y de gran valor: el santuario rupestre de Yazılıkaya. Aún se está investigando el significado de los relieves labrados en la roca, como el llamado de las 12 divinidades del inframundo, aunque en otros puntos del santuario se han identificado dioses como Sarruma (de la montaña) y al rey Tudhaliya IV. En cualquier caso, la religión de esta civilización ha recibido a menudo el nombre de ‘la religión de los mil dioses’, por sus numerosas deidades, tanto propias como importadas de otras culturas.
Otro de los grandes recintos arqueológicos de los hititas es Alacahöyük. Aunque hay restos de un asentamiento precedente, del III milenio a.C, la mayor parte del recinto se data en la época hitita y su espacio más imponente es, de nuevo, la puerta de entrada, en este caso flanqueada por esfinges.
Y por supuesto, los amantes de la historia antigua que deseen conocer la cultura hitita tienen una cita con el Museo de las Civilizaciones Antiguas de Ankara: aunque en él hay auténticas joyas de periodos anteriores, por ejemplo de Çatalhöyük, también se exponen de forma contextualizada otras piezas de enorme valor de Hattusa y Alacahöyük.