La duda de si se puede visitar Santa Sofía, en Estambul, deriva de la noticia que explotaba en 2020: el gobierno de Recep Tayyip Erdogan decretaba que Santa Sofía, en Estambul, se convirtiera en mezquita, dejándola de considerar museo. Y ya se sabe que, por lo general, la visita a las mezquitas están reservadas a los creyentes musulmanes. La medida generó polémica también porque es un monumento considerado Patrimonio Mundial por la Unesco, lo que dejaba dudas sobre su compatibilidad con el culto religioso. Por ello, la situación no siempre resulta clara para todos los turistas, así que en estas líneas resolvemos la duda.
Sí, se puede visitar Santa Sofía, pero con estas normas
A pesar del temor por parte de los turistas internacionales a que Santa Sofía dejara de ser visitable para todos, ya se sea musulmán o no, las nuevas normas aplicadas desde enero de 2024, supusieron un cierto alivio para los amantes del arte y la historia: sí, se puede visitar Santa Sofía, pero siguiendo una serie de normas.
La primera es que el templo permanece cerrado durante la oración. Eso ocurre aproximadamente desde una hora antes y hasta media hora después de cada función. La del viernes es la oración más larga, de dos horas al mediodía, aproximadamente. Y el resto de días, el horario y el calendario es variable, por lo que conviene consultar en cada caso.
La otra norma que ha causado cierto revuelo es que ahora, los visitantes no musulmanes, no pueden acceder a la sala de la oración, es decir, la sala principal, ubicada en la planta baja. A cambio, tendrán que moverse por las galerías situadas en un plano superior. Por tanto, se pierde el majestuoso punto de vista que se tenía al estar justo debajo de la gran cúpula, aunque se mantiene la visión del conjunto y, en algunos casos, se gana en mayor detalle para contemplar la decoración.
Una decoración que, por cierto, está cubierta en parte, pues se han instalado lonas para ocultar las representaciones de la figura humana y divina al mirarse desde la sala de la oración. En cambio, desde la galería, sí se pueden apreciar dichas figuras, por ejemplo, la Virgen con el Niño en una de las semicúpulas laterales.
Hagia Sophia, cruce de culturas y difícil de gestionar
Como ocurre con todos los templos que, por diferentes razones, conservan elementos de diferentes religiones, Hagia Sophia resulta difícil de gestionar, pues se tome la decisión que se tome, siempre habrá una parte que se sienta más agraviada.
En este sentido, este templo ha sabido siempre adaptarse a cada momento. Nació como basílica en tiempos de Constantino (siglo IV), aunque la construcción actual data de la época de Justiniano (siglo VI). Sus mosaicos bizantinos están considerados entre los más espectaculares de la Historia del Arte, y es por ello que no todos fueron cubiertos o arrancados tras la conquista de la ciudad a manos otomanas, y su posterior uso como mezquita.
Su uso como mezquita se detuvo en 1931, en tiempos de Atatürk, sabedor del simbolismo artístico de este templo y en línea con su política de separar religión y Estado. De esa manera, se reabrió en 1935 ya como museo, No obstante, desde comienzos del siglo XXI volvió a recuperar su componente religioso, con una pequeña sala de oración y llamada al rezo desde 2013.
En cualquier caso, y para sorpresa de muchos, mantuvo su nombre (Ayasofia, en turco), pues en realidad el término de Santa Sofía no hacía referencia a ninguna santa cristiana, sino a la Divina Sabiduría (que es su traducción del griego).
Así que si quieres visitar Santa Sofía, lo podrás hacer sea cual sea tu credo. Y si quieres que alguien te explique en detalle lo más importante, elige uno de nuestros circuitos que incluyan la visita guiada y las entradas.